Las vacaciones constituyen un tiempo de merecido descanso. Y junto a eso, son también ocasión para crecer en algunas facetas de la personalidad, como, por ejemplo, en el campo del esparcimiento o de la cultura ( a través de la lectura de libros, de la realización de viajes, tela peritaje de idiomas). Pero sobre todo son ocasión para fortalecer los lazos familiares a través de la convivencia, recuperar el trato con antiguas amistades, y no olvidar el trato con Dios, quien nunca se toma vacaciones para nosotros.
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