Vivimos en un mundo globalizado, en el que nada de lo que cada uno hagamos es un acto aislado sin consecuencias para el resto de la humanidad. La globalización, que tiene efectos a veces negativos, también puede tener una cara positiva. El Papa Francisco habla de la “globalización de la solidaridad”. Y la Iglesia vive esta globalización de muchas maneras: Cáritas, Manos Unidas…
Todos los católicos, y también -¿por qué no?- todas las personas estamos comprometidos con nuestro mundo. Una de las formas en que nuestra solidaridad se puede amplificar y llegar a todo el mundo es la de ayudar a la formación de sacerdotes que van a extenderse por los cinco continentes. Esto es lo que podemos hacer apoyando a CARF (Centro Académico Romano Fundación), Institución dedicada a la formación de sacerdotes de todo el mundo. Lo comentamos en este programa de Aire Libre.
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