El pasado domingo 6 de mayo, celebramos la Pascua del Enfermo, centrando
toda la atención, en las personas enfermas, en quienes las acompañan y también
en los que dan testimonio del amor de Dios a través de la pastoral de la Salud.
Cuando una persona enferma, todo cambia en la familia… pero se convierte en
el más pobre de los pobres si no tiene quien le acompañe.
Además de la familia, los cuidadores y profesionales… también la Iglesia a través de la Parroquia y
en ella la Pastoral de la Salud, tienen como misión cristiana acompañar al que
sufre o se siente solo, así como a sus familiares.
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